jueves, 9 de julio de 2015

neutro

estoy en un momento de mi vida en el que no sé quién soy. he tenido mucho miedo siempre de llegar a este momento, quizá por las narrativas trágicas que rodean a la duda o quizá porque el momento aún no había llegado. pero aquí está. quiero decir que noto, que siento, que percibo o casi (hiper) percibo lo que está alrededor, lo que está dentro de mí, lo que sale hacia fuera.

aquí vengo, pensando mi experiencia como una experiencia válida, mi percepción como una necesidad sobre el tejido real que es mi cuerpo. tengo muchas preguntas para mí y ahora que me he permitido entrar, ahora que estamos frente a frente, no voy a dejar ni una sin lanzar. porque me quiero tanto, me quiero tanto ahora que puedo intentarlo. que sé poner en orden. partir. la frase. en los. significantes. apropiados para seguir diciéndome. poner comas. no ir a eventos.

todavía faltan semanas para que me vaya de esta ciudad y sin embargo mi cuerpo se ha puesto en marcha. agradezco, entiendo, toco las hojas como toco la idea de las hojas. los barrios son hermosos y los ojos de las personas son hermosos. es posible cambiar aquí. es posible (re)significarse aquí. si no hubiera venido a leipzig, probablemente habría tardada mucho más en no saber quién soy. he cambiado tanto y me siento ahora tan capaz.

quiero hacer y no estar inmóvil, y hago. quiero tocar el relieve. quiero mostrarme. no quiero ser útil. y cuando me miran a los ojos y me dicen que puedo hacerlo, yo ya sé que puedo. ya sé que puedo hablar, ya sé que puedo salir ahí, ya sé que alguien puede quererme. no me creo las narrativas trágicas, no las quiero. quiero abrazar el dolor dentro de mí y transformarlo porque monto la oruga de luz, porque decido y la indeterminación de decidir.

soy muy feliz aquí, en la posibilidad que habito, en el cuerpo que muta, en la ciudad de leipzig como tópos que me acompañará siempre. toda la gente que he conocido. todas mis maneras de conocerme. todas las cosas que importan. 

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