viernes, 28 de noviembre de 2014

la luna

hoy calígula me ha mirado desde abajo
con su corona de papel
sus cordones rojos
su suave tutú de malla
y ha visto lo imposible
a través
de mi pecho
transparente

nota rápida después de ver una obra perfecta en una ciudad perfecta con una persona perfecta. después de bucear en los ojos del condenado, suponer la guillotina y oler a oscuras la leche materna. ella se sentó junto a mí y luego éramos el rojo, un punto rojo difuminado sobre esa semicúpula cristiana. al final de la calle vimos el canal. al final de la calle.

entendí a medias el teatro y entendí a medias el cine.

esta mañana he llorado. 

el cine de los caramelos de menta. los papeles con preguntas, los papeles con respuestas. ¿Me ama usted? ¿Se casará conmigo? yo siempre he sido una pregunta lanzada al aire. y me han escrito, a medias, la respuesta.

quizá en primavera.

lunes, 24 de noviembre de 2014

la gaviota

[siempre he tenido tanto miedo de vivir
como los pájaros
un cuerpo frágil en el aire
la oscilación necesaria de la presión
lo incontrolable
abriéndome el pico
desgajándome
las costillas]

anoche quisimos ver la luna en la playa
pero estaba oscuro y entonces quisimos
follar en la playa y tu
boca era una espiral
sin resoluciones y me tocaste
en silencio, me tocaste
el pecho vendado y me dijiste
que me destrozarías
martín, voy a destrozarte
me dijiste
martín
voy a tocar
el reverso de las costillas

entonces
[tú me habías llevado junto a las rocas
solo veía
el espacio        de       tu       centro]
entonces encontramos al pájaro
y nos pusimos de pie

tenía un ala extendida
sobre los miles de millones de granos
de arena que dibujaban nuestros pasos y tenía
el pico casi enterrado en la arena y tenía las plumas
de la cabeza mojadas

llamamos a la policía local
yo me senté al lado de la gaviota
y dibujé con los dedos en la arena
el espacio de las costillas
un pescador nos dijo que la gaviota se estaba muriendo
me miró y me trató de chico y me explicó
que el córtex de las gaviotas no es el córtex
de las personas y que las gaviotas no tienen sensación
de finitud

le dije que yo tampoco tenía sensación de finitud

el pájaro no estaba muerto cuando
nos fuimos
levantaba la cabeza
abría mucho el pico y se quejaba
o no
y le dolía
o no
el pájaro no sabía que se estaba muriendo
pero yo tampoco lo sabía
yo tampoco sabía nada de su existencia triangular
de las decenas de años
que acogen las alas
el silencio
de los pájaros

qué me separa a mí de la gaviota
qué distingue este limbo lento
azul
esta línea continuada que me diferencia de mí
y solo me deja tocarme
cuando soy muchas personas
cuando ya no soy
otra cosa
que la imagen en el espejo

fuimos al centro de la ciudad
a beber una cerveza y hablar de los libros
que todavía no habíamos leído
de las vidas que todavía no sabíamos
cómo vivir y te dije que ya no tenía
miedo y por primera vez
era verdad

fuimos al centro de la ciudad
reservé los billetes de tren a genova
subimos a tu casa y me follaste
desde atrás
me sujetaste el pelo corto tan fuerte
que no aguantaba el dolor
te hizo mucha gracia que aguantase los setenta azotes
y me quejara de los tirones
del pelo
después
en la ducha
te pedí que me dejaras lamerte las botas
al día siguiente
te dije que llevábamos un mes así
y que necesitaba lamerte
las botas
tú me enjabonaste la espalda
y me besaste
el relieve
de la nuca
tranquilo, perrito
todo a su tiempo
ahora es ahora

ahora volvía a ser ahora
y cerrar los ojos así
cerrar los ojos
parecía posible

ahora

volvía a ser un instante sostenido


*   *    *


muy poco antes de que yo cogiese el vuelo a barcelona que luego se volvería casa y luego vuelo a leipzig, HA y yo bajamos de verdad a la playa. estuvimos en el centro, follamos en su casa al día siguiente y, sobre todo, vimos a la gaviota. compré mi tren a genova, el pescador pensó que yo era un chico y hablamos del neocórtex, el córtex y el bulbo raquídeo. 

me pareció ofensivo hablar de esas cosas delante de la gaviota mientras esta se moría. realmente me pareció que cualquier cosa que nosotros pudiésemos hacer se volvería ofensiva para la gaviota porque en nuestra ficción humana, en nuestra omnipotencia, no podíamos hacer absolutamente nada por ella. la gaviota había elegido un espacio resguardado y se había acurrucado en una montaña de arena, a salvo del viento. intentamos darle agua. intentamos levantar nuevas colinas de arena para que no se enfriase. el pescador se rio de nosotros.

a mí se me venía a la cabeza una canción donde amanda palmer cuenta cómo remató a un pájaro moribundo. no paraba de pensar en eso. en el I'm not the killing type. miré de reojo a HA. pensé que los dos llevábamos botas militares, puntas metálicas. mis botas militares para subir montañas, para la nieve, para las super sesiones bedesemeras. mis botas militares que no servirían nunca para matar a un pájaro, como las de amanda. la gaviota se ahogaba y a mí me parecía ahogarme con ella. no podía mantener la cabeza erguida y el pico se hundía en la arena. 

el pescador-psicólogo tenía más cosas que decir sobre nosotros que sobre la gaviota. eso también me pareció ofensivo y, sin embargo, cuando nos dimos la vuelta, cuando recogimos la sudadera naranja y nos sacudimos la arena, fue él quien no se giró. nos asomamos a medias desde el paseo y le vimos arrodillado, dándonos la espalda. nos asomamos otra vez. la gaviota estaba muerta. el cuerpo tranquilo, lento.

fuimos al pub irlandés muy callados, HA y yo, pero no estoy segura de si paramos ahí o más tarde. sé que tomamos helado de vainilla y fresa en la última heladería abierta. pasaban de las dos, día de semana, los pájaros. 

HA y yo hablamos de la gaviota más tarde. nos sentíamos aliviados de que el pescador hubiese tomado la decisión que nosotros no habíamos sabido tomar. el plan de ver la playa, nadar en la playa, follar en la playa se nos fue muy lejos. faltaban pocos días para que me marchara y nos apetecía una sesión, nos apetecía pasarlo bien, poner patas arriba el género y tomarnos con mucha calma lo que viniera luego. pero esa noche realmente no nos apetecía nada. nos tomamos el helado, vimos la luna, creo que me prestó su chaqueta. creo que yo ya llevaba su chaqueta. hablamos de la canción de amanda palmer, de lo valiente que era amanda palmer. le dije que quería ponerme el pelo como ella. le dije que tenía miedo.

es habitual hablar del miedo, no tan habitual ponerle nombre. me asustaron los ojos del pájaro. me asustaba irme a alemania. me asustaba no ser capaz de decírselo a nadie, eso, que estaba asustada. me asustaba echar de menos o no echar de menos o no hablar bien el idioma o fracasar, en el sentido abstracto y extenso de fracasar. reservé los billetes a genova y los de poznan, un viaje que no hice y que cambié por praga, hamburgo y kiel. 

vimos una película esa noche. follamos esa noche y tuvimos los mimos más geniales del mundo después. me quedé dormida en la ducha, creo, o quizá fue en el sofá, o quizá fue comiendo chocolate, o quizá fue exigiendo más chocolate. me desperté y hablamos de la gaviota, de la canción de amanda palmer, de lo valiente que era amanda palmer, de que yo tenía miedo. hablábamos a menudo del miedo. 

al final creo que perdí el miedo a tener tanto miedo. cogí mis aviones, fiché en mis clases y vi el otoño empezar a comerse la ciudad. sigo dándole vueltas a lo que pasó con la gaviota y se me hace extraño, cuando he visto morir de mayores a otros animales en el campo, cuando he bajado junto al arroyo para recoger los pollitos que se habían ahogado. pero la gaviota. no poder, no decir. el pico abierto tan en silencio. y nosotros que habíamos bajado a la playa a ver la playa, a nadar en la playa, a follar en la playa. la gaviota en una semiesfera. la gaviota muriéndose. el pescador mirándonos, quizá, con escepticismo. 

flores blancas

reflexiones blancas sobre el sentido del dolor

la única manera de dialogar con el dolor
es saber que existe
antes
después
independientemente
de mí

el dolor como una extensión inexacta
a la que no sé responder
pero que puedo transformar
en lo que quiera

*   *    *

el vínculo entre el éxtasis
y el sufrimiento
o un cuadro
de san sebastián
delante de mis ojos
de mis once años
que miraban
y no entendían nada

*    *    *

consumimos tantos calmantes
al día
consumimos tantas palabras huecas
al día
consumimos tantos centímetros cúbicos
de vacío
al día
para intentar vaciarnos
de nosotros
mismos

*    *    *

-si necesitas más anestesia, pídemela
no hace falta

-¿estás bien así?


-¿sigo? nos falta solo media hora y apenas te va a quedar cicatriz


-¿así que el año que viene te vas a alemania?


-¿todo bien? ¿seguro que no quieres más anestesia?
todo bien

*    *    *

vuelvo siempre al mar
después de la operación, en los ojos del pájaro
y los hilos de metal
trenzándome el pecho
vuelvo al mar
desnuda
en silencio
el agua tan fría que levanta hielo
sobre la piel
sentir los músculos
miles de millones de células sanguíneas
moviéndose
en los capilares


*    *    *

puse flores en casa de todas las personas que me hicieron daño
volví al lugar del desastre
dejé que me pidieses perdón
te pedí perdón
hablamos
al borde del sarela
tantas noches inmóviles
hasta precisar
el espacio del dolor
hasta ocupar
el espacio del dolor

*    *    *

algún día podré hablar
de por qué no tengo marcas
en la piel de las manos
algún día podré hablar
de las articulaciones
y las agujas
algún día volveré al espacio
del dolor
algún día hablaré en el espacio
del dolor

*    *    *

después de treinta minutos de azotes
el dolor se transforma
despacio
en placer confuso
es un mecanismo químico
es una flor nacida en el cuerpo
es una manera diferente
de entender
lo que ocurre
bajo la piel

*     *     *

no recordamos el dolor
recordamos la desesperación
el miedo a sentir
dolor
pero el rayo inmóvil
que atraviesa el cuerpo
eso no lo recordamos
las lágrimas
y la manera de apretar los puños
y de morderse muy fuertes los labios
para no gritar
la rabia
la incoherencia
pero el dolor
eso no lo recordamos

*    *     *

yo sentí que se me encogía el pecho
y no me salían las palabras
y el corazón marcaba un ritmo
diferente
un principio de arritmia
y no había sonidos en el mundo
para darle forma
a mi respuesta

pero el dolor
eso lo sentí
como una ola violentísima
que me derribó llorando
sobre tu hombro

takato yamamoto

sábado, 22 de noviembre de 2014

me voy a grecia

me voy a grecia en febrero. me voy casi un mes con una mochila de diez kilos y medio, con muchas ganas. todavía me cuesta procesar la noticia. me voy a grecia. el país en el que llevo diez años queriendo aterrizar, con el que me he descantado y que necesito respirar al fin. el país que me hizo cambiar de carrera y casi de vida, al que no quise ir ni volver. cuando despegue se dibujará una imagen de nieve en el cielo de sajonia.

cosas que ya sé

en creta hay una especie de araña que se parece a la viuda negra
los últimos 300m de ascenso al monte olimpo son peligrosos
el pita gyros vegetariano es el pita gyros sin carne
mi pelo perderá el color
lloraré cuando toque el adriático
no hay espacio en mis piernas para veinticinco kilómetros al día
hay riot dogs en atenas, más valientes que todos nosotros. la crueldad de las personas.
el vértigo en meteora
el expolio es una realidad palpable
no quiero hablar una palabra de inglés cuando intente comer, decir(me), dormir
mi presupuesto no supera los setenta euros, quitando medios de transporte
lo clásico es un mito del siglo diecinueve
tendré una brújula tatuada
no me da miedo decir que tengo miedo
esquirlas de hielo en la garganta
y en las montañas
y en los ojos húmedos
de las personas


ojalá el agua sepa describir
la inexactitud
del vientre

jueves, 20 de noviembre de 2014

S9 Richtung Pankow

somos una oruga de luz
definiendo las vísceras
de un berlín
que no despierta
la ciudad todavía oscura
la soledad de los pájaros
      [tenías los ojos brillantes en el andén
          los ojos y los pájaros de un berlín
             que no despierta
                te dormiste sujeto a mi hombro]

nunca esperé los puentes naranjas
la sombra de mi cuerpo
en prenzlauer berg
el atardecer radioactivo
a las tres de la tarde

quiero quedarme aquí
cálida
y
húmeda
en el centro
de esta oruga de luz
que es el S9 a las 6.40 de la mañana

pienso tus ojos
como pájaros

salimos a ver los puentes naranjas
ya no es esa noche
y fueron todas las noches
sin dormir

la imagen en rojo
que no duele
me piden que le ponga nombre
a la nostalgia

no tengo respuestas

no he sentido
nunca
la necesidad de volver

lunes, 10 de noviembre de 2014

aprieto el cuerpo
contra el fuselaje
hasta que la piel se vuelve
una crisálida blanca
sobre las alas
sobre el hueco del pubis

aprieto el cuerpo 
contra el relieve violentísimo
del aire

he aceptado
que no puedo
parar 
el golpe

ahora
intento
girar sobre mi propio centro
mitigar el dolor
con las esquirlas
que se han quedado en los músculos

rodar sobre la tierra

quedan muy pocos metros
para tocar el suelo
escribí tantos poemas sobre sacarte del agua
tantos poemas
sobre caer
tanto miedo a caer
que podría no dormir
nunca más
en el aeropuerto
el miedo a caer

sé lo que tengo que hacer
tengo la certeza
precisa
del dolor antes de tocar el suelo

me he destrozado las manos
antes de tocar el suelo

la gravedad como el peso
imposible de sostener sobre los hombros

yo quise hacerlo bien, mamá
yo quise beber de tus huesos
perfilar la imagen doble
en los robles
de casa
pero no puedo 
mamá
no puedo hacerlo bien
no sé si sabré hacerlo bien
nunca más

ahora solo sé hacerlo
a mi manera

domingo, 9 de noviembre de 2014

El miedo devora el alma...

O el espíritu. O la esencia. O el lado hueco de la piel.

El título de esta entrada debería ser el de la primera película que vi en alemán, pero esto se queda en una mentira piadosa. Mi primera peli en alemán fue Drei, una comedia-drama-juego que me dio dos lecciones sobre la vida y me hizo reír porque las personas somos, bueno, extrañas. También vi Der Mann, der über Autos sprang y Lola rennt antes de llegar a Fassbinder. Ansgt essen* Seele auf o de cómo la intolerancia, que es miedo pero entre paréntesis, devora a las personas por dentro. De los cimientos podridos. De no ser capaz, de no ver.

A mí me parece que el miedo viene de dentro, que tiene muy poco que ver con lo que ocurre fuera. Cuando siento miedo hacia algo inmediato, un peligro real, mi reacción es rápida: esquivo un coche, no toco un poste eléctrico, apago el horno. Pero cuando se trata del miedo en abstracto, sin base o con demasiadas bases, las cosas no son tan sencillas. No quiero decir que esto sea dramático, quiero decir que esto se queda quieto a veces y que no me gusta.

Tengo miedo a no encajar, a encajar demasiado, a perderme, a no ser higiénica emocionalmente, a decepcionar. Miedo a que se haga de noche demasiado pronto y se acabe otro día y me quede menos tiempo. Miedo a no triunfar como nos han dicho durante mucho tiempo que teníamos que triunfar. Miedo al sueño americano cosido a la piel. Miedo a hacer muy pocas cosas y que se me pase el tiempo vacío. Miedo a no saber organizarme. Miedo a no hablar bien alemán. Miedo a follar con muy poca gente. Miedo a follar con demasiada gente y no saber gestionarlo. Miedo a follar como quiero. Miedo a follar y que no sea como quiero y a perder el apetito y decepcionar. Miedo a quedarme sola. Miedo a no estar sola nunca. Miedo a ser ridícula. Miedo a leer menos. Miedo a arrepentirme de un tatuaje. Miedo a decepcionar. Miedo a no saber escribir. Miedo a engordar. Miedo a adelgazar demasiado. Miedo a perder (más) la motivación con la carrera. Miedo a quedarme inmóvil. Miedo a que los demás sepan que tengo miedo.

Miedo a quedarme sola. Miedo a no estar sola nunca.

A veces necesito pisar el freno. Dejar de producir, de ser útil. Hay días en los que me cuesta muchísimo seguir cualquier tipo de rutina, ir a clase o hablar con las personas. Y tengo que permitirme ese tipo de días. Siempre salgo renovada y fresca.


*    *     *


esta canción es la anatomía del miedo


lunes, 3 de noviembre de 2014

pájaro

volví a casa sin mi silencio, sin una hora para abrir los ojos y definir las ventanas del tren.


*   *   *


había hombres tristes en praga y una cantidad terrible, exponencial y blanca de turistas. comimos verdura helada y se nos congeló la punta de los dedos. me costaba no hablar, me costaba explicarme. me preguntaron qué era, qué hacía allí, qué podía yo hacer allí. flotar sobre los pájaros. flotar sobre los pájaros y precisar el calor. las palabras y los puentes donde nos perdimos de noche.


*   *   *


hoy he pensado en cómo sería haber existido hace mucho tiempo, haber sido un hombre imagen del hombre que aparece en las caricaturas británicas del diecinueve. qué fácil es describir la otredad cuando son otros los que la señalan. cuál es mi otredad ahora. contra qué me rebelo y cómo me defino. dónde está la línea.


*    *    *


si compro ropa de marcas no éticas, producida por personas en situación de esclavitud, producida en un marco que todos conocemos. si compro ropa y me fotografío y la ropa es de chica y me sienta bien, me diréis que soy guapa. seré guapa en los ojos del pájaro.

los ojos del pájaro.

pájaro

pájaro

quién nos mira
si estamos
a veces
tan solos


*   *   *


¿por qué es un valor no cuidar? el no vínculo, la crueldad, el no necesitar cuando se necesita tanto. cómo decir el cariño y las ganas de tocar cuando es ridículo preocuparse. explicar la ausencia de cinismo, la transparencia, las miradas como de niña. yo quiero vivir un mundo donde la alegría sea una forma posible de lucha, donde la ternura se multiplique.


*   *    *


si nos pasamos la vida intentando ser quienes no queremos ser, cuándo seremos los que fuimos antes de caer. las niñas que abren huecos en las venas para el pájaro. 

las tetas caídas
el vello
el pelo tan corto
los músculos
cada
vez
más
fuertes
de las piernas

ojalá
hubiera podido abrazarme
cuando yo era una niña
con las venas abiertas
para el pájaro


*   *   *


se me ocurre que tal vez sea hipersensible. la violencia y la reacción no son singulares ni distintas de otras violencias y reacciones, pero por qué así. por qué me siento nueva, con la piel tan fina y permeable, tan susceptible. esta limitación temporal que es el marco de una vida, esta crueldad del sistema sobre la espalda.

hoy en clase hemos hablado de que un 78% de los empleados de grandes empresas tienen ansiedad, depresión y otros trastornos. y que es normal.

hoy en clase hemos hablado de que a veces uno compite, lastima y pasa por encima. y que es normal. la naturaleza humana.

ojalá extirparme de mí y de la situación-período, ojalá poder decir algo claro, ojalá aprender a posicionarme de verdad. hacer algo bien. ayudar a alguien. bien. hacer. algo. bien. enteramente bien. quiero decir. producir algo no material ni tangible ni, por supuesto, mesurable en el tiempo. ojalá no tener miedo de las consecuencias.

ojalá provocar las consecuencias, ser copartícipe del ritmo que me pauta la vida.


*   *   *


esta calma sostenida que me deja vivir. en noviembre hace frío y las hojas caen sobre las avenidas de berlín. puedo echarme de menos y permitirme caminar hacia arriba. dormiré hasta que llegue el momento. pensaré el momento, me dejaré descansar. tengo una entrevista para echar una mano con las asociaciones. quién teme al pájaro.

quién teme al pájaro.


*   *    *

monto al pájaro

/monto
la serpiente/

monto al pájaro
y le clavo las espuelas
detrás de la garganta
hasta que ya no puede respirar

sujeto al pájaro
sobre los ojos
de la niña