domingo, 9 de noviembre de 2014

El miedo devora el alma...

O el espíritu. O la esencia. O el lado hueco de la piel.

El título de esta entrada debería ser el de la primera película que vi en alemán, pero esto se queda en una mentira piadosa. Mi primera peli en alemán fue Drei, una comedia-drama-juego que me dio dos lecciones sobre la vida y me hizo reír porque las personas somos, bueno, extrañas. También vi Der Mann, der über Autos sprang y Lola rennt antes de llegar a Fassbinder. Ansgt essen* Seele auf o de cómo la intolerancia, que es miedo pero entre paréntesis, devora a las personas por dentro. De los cimientos podridos. De no ser capaz, de no ver.

A mí me parece que el miedo viene de dentro, que tiene muy poco que ver con lo que ocurre fuera. Cuando siento miedo hacia algo inmediato, un peligro real, mi reacción es rápida: esquivo un coche, no toco un poste eléctrico, apago el horno. Pero cuando se trata del miedo en abstracto, sin base o con demasiadas bases, las cosas no son tan sencillas. No quiero decir que esto sea dramático, quiero decir que esto se queda quieto a veces y que no me gusta.

Tengo miedo a no encajar, a encajar demasiado, a perderme, a no ser higiénica emocionalmente, a decepcionar. Miedo a que se haga de noche demasiado pronto y se acabe otro día y me quede menos tiempo. Miedo a no triunfar como nos han dicho durante mucho tiempo que teníamos que triunfar. Miedo al sueño americano cosido a la piel. Miedo a hacer muy pocas cosas y que se me pase el tiempo vacío. Miedo a no saber organizarme. Miedo a no hablar bien alemán. Miedo a follar con muy poca gente. Miedo a follar con demasiada gente y no saber gestionarlo. Miedo a follar como quiero. Miedo a follar y que no sea como quiero y a perder el apetito y decepcionar. Miedo a quedarme sola. Miedo a no estar sola nunca. Miedo a ser ridícula. Miedo a leer menos. Miedo a arrepentirme de un tatuaje. Miedo a decepcionar. Miedo a no saber escribir. Miedo a engordar. Miedo a adelgazar demasiado. Miedo a perder (más) la motivación con la carrera. Miedo a quedarme inmóvil. Miedo a que los demás sepan que tengo miedo.

Miedo a quedarme sola. Miedo a no estar sola nunca.

A veces necesito pisar el freno. Dejar de producir, de ser útil. Hay días en los que me cuesta muchísimo seguir cualquier tipo de rutina, ir a clase o hablar con las personas. Y tengo que permitirme ese tipo de días. Siempre salgo renovada y fresca.


*    *     *


esta canción es la anatomía del miedo


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