lunes, 24 de noviembre de 2014

flores blancas

reflexiones blancas sobre el sentido del dolor

la única manera de dialogar con el dolor
es saber que existe
antes
después
independientemente
de mí

el dolor como una extensión inexacta
a la que no sé responder
pero que puedo transformar
en lo que quiera

*   *    *

el vínculo entre el éxtasis
y el sufrimiento
o un cuadro
de san sebastián
delante de mis ojos
de mis once años
que miraban
y no entendían nada

*    *    *

consumimos tantos calmantes
al día
consumimos tantas palabras huecas
al día
consumimos tantos centímetros cúbicos
de vacío
al día
para intentar vaciarnos
de nosotros
mismos

*    *    *

-si necesitas más anestesia, pídemela
no hace falta

-¿estás bien así?


-¿sigo? nos falta solo media hora y apenas te va a quedar cicatriz


-¿así que el año que viene te vas a alemania?


-¿todo bien? ¿seguro que no quieres más anestesia?
todo bien

*    *    *

vuelvo siempre al mar
después de la operación, en los ojos del pájaro
y los hilos de metal
trenzándome el pecho
vuelvo al mar
desnuda
en silencio
el agua tan fría que levanta hielo
sobre la piel
sentir los músculos
miles de millones de células sanguíneas
moviéndose
en los capilares


*    *    *

puse flores en casa de todas las personas que me hicieron daño
volví al lugar del desastre
dejé que me pidieses perdón
te pedí perdón
hablamos
al borde del sarela
tantas noches inmóviles
hasta precisar
el espacio del dolor
hasta ocupar
el espacio del dolor

*    *    *

algún día podré hablar
de por qué no tengo marcas
en la piel de las manos
algún día podré hablar
de las articulaciones
y las agujas
algún día volveré al espacio
del dolor
algún día hablaré en el espacio
del dolor

*    *    *

después de treinta minutos de azotes
el dolor se transforma
despacio
en placer confuso
es un mecanismo químico
es una flor nacida en el cuerpo
es una manera diferente
de entender
lo que ocurre
bajo la piel

*     *     *

no recordamos el dolor
recordamos la desesperación
el miedo a sentir
dolor
pero el rayo inmóvil
que atraviesa el cuerpo
eso no lo recordamos
las lágrimas
y la manera de apretar los puños
y de morderse muy fuertes los labios
para no gritar
la rabia
la incoherencia
pero el dolor
eso no lo recordamos

*    *     *

yo sentí que se me encogía el pecho
y no me salían las palabras
y el corazón marcaba un ritmo
diferente
un principio de arritmia
y no había sonidos en el mundo
para darle forma
a mi respuesta

pero el dolor
eso lo sentí
como una ola violentísima
que me derribó llorando
sobre tu hombro

takato yamamoto

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