martes, 7 de octubre de 2014

joyeux anniversaire

lo que más me molesta de estos años
es no haber aprendido a escribir
bien
quiero decir
a poner las comas en su sitio
y llegar a alguna parte con las palabras

me siento en la curva del río
y pienso
ideas vagas

pienso
por ejemplo
en repartir invitaciones
para vivir la precisión del escalpelo
junto al pezón
para vivir
me explico
el peso de las cicatrices
las mañanas blancas de enero
al fin
sin piel

suelo decir que estoy bien
suelo ser experta
en acumular días
solía saber cómo utilizar
las palabras

desde hace un año
las cosas
no acaban de encajar

hay personas fantásticas
una historia fantástica
una trayectoria fantástica
pero falta
quizá falta
quizá sea posible
no niego eso
y la coherencia que ya no imprimo
a mis actos

aprendo otras lenguas
para desaprenderme a mí
para des-mecanizarme
des-intoxicarme
de las palabras que me conforman

pero las cosas
aún así
no han vuelto a ser las mismas

el sentimentalismo como la última imagen
de la adolescencia
la vulnerabilidad aprendida
todo lo que quise decir
en la playa del orzán
la última noche de septiembre

nunca había definido así el espacio de las costillas
está bien así
¿está? ¿bien? ¿así?

reviso en silencio
lo que escribí hace meses
hace años
quizá
y descubro la intuición del dolor
más precisa
que el dolor en sí

agradezco el dolor intuido
levanto los brazos

lo saludo
en silencio

porque cuando supe dimensionar el dolor
cuando abrí los ojos
bajo la lluvia finísima de porto
y grité
[es posible
que gritar
sea excesivo]

el dolor que intuí
los poemas abandonados en españa
todas las noches durmiendo en el hueco de tu hombro
y el miedo que me enseñaste
a tener
el miedo a las cosas grandes
a las cosas pequeñas
el miedo como un espacio infinito
ramificándose
dentro de los pulmones
una red de capilares
a la inversa

la hipoxia

el miedo que aprendí a tener
como se aprende a ser una señorita
a follar pidiendo permiso
a no ser muy ruidosa
a depilarse antes de que llegue el verano
a bromear sobre las lesbianas
a cometer locuras adolescentes
para morirse de aburrimiento
después

si hubiera aprendido
a decidir
¿quién sería ahora?
¿donde viviría?
¿tendría otras palabras en la boca?

sin embargo
he llegado a alguna parte
y ha sido solo la tensión
la oposición tenaz
al miedo
la que me ha traído aquí

y desde este punto
puedo ir a cualquier parte

¿quién sería ahora
sin el dolor intuido
sin la confirmación
sin la negación
violentísima
del miedo?

las palabras de los demás
no funcionan
igual que las mías
hay un espacio distinto entre las paredes
que no puedo tocar
intento alcanzarlo con las palabras de los demás
pero no funcionan
igual que las mías

eso ya lo he dicho

he dicho ya tantas cosas
he vivido ya tantas vidas
he descubierto tantas posibilidades

pero no he sabido callarme
no he querido callarme
nunca

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